viernes, 25 de enero de 2008

Sobre la carretera Cilleros-Hoyos (Sierra de Gata)


Estas imágenes podrían ser del año 1992, hace 16 años, cuando desde colectivos ciudadanos y conservacionistas se denunció por primera vez a Diputación de Cáceres por la política de obras en carreteras en Sierra de Gata, pero son de 2008 y el modus operandi sigue siendo el mismo salvo alguna excepción puntual: una obra pública a costa del territorio y no para el territorio. Efectivamente las fotos que se acompañan confirman los peores temores sobre la carretera Cilleros-Hoyos, donde Diputación de Cáceres exhibe su estilo "clásico" de ampliaciones y acondicionamientos. Se ganarán 2 minutos más para ir de Cilleros a Hoyos, que como sabéis son dos enclaves neurálgicos en el desarrollo de Sierra de Gata (Hoyos era la cabeza del partido judicial serragatino y tenía notario y varios molinos; ahora tiene oficina del SEXPE, instituto de secundaria y consultorio médico, aunque para Cilleros la educación secundaria se imparte en Moraleja y Coria, y tiene consultorio médico). La mayor parte de las fotos son del tramo más sensible, el cual se encuentra ya en término de Cilleros; se trata de la finca "El Campillo", finca eminentemente ganadera (vacuno, incluido reses bravas -propiedad de los Pérez Tabernero- y cabrío) que en tiempos también proporcionó leñas y robles para traviesas de ferrocarril. En esta finca se encuentran los manantiales de Las Canalejas, de donde salió el primer agua corriente que bebió Cilleros, y buena parte de la mejor cantería granítica de algunas casas cilleranas, pues esta parte de la sierra se caracteriza por un granito de grano fino y compacto.
El conjunto de la Sierra de Santa Olalla es el espolón más meridional de Sierra de Gata, donde la encina y el alcornoque son desbancados por el roble (Quercus pyrenaica), si bien el dominio de solana se enriquece además con almez (ojaranzo en Cilleros) y cornicabra, entre otras especies. La buena cobertura arbolada resulta de gran interés para especies forestales, destacando la presencia de rapaces forestales como águila calzada, ágila culebrera o halcón abejero, entre otras. El mosaico forestal es además rico en micromamíferos y pequeños carnívoros, además de anfibios. Estos parajes fueron el escenario donde, a finales de los 60, tuvo lugar la última batida contra el lobo celebrada en Cilleros, y también existen viejas citas del esquivo lince. A los valores naturales propios se suma el papel de referencia visual que desempeña Santa Olalla como flanco serrano meridional, visualmente muy perceptible. Una visibilidad donde la antigua carretera apenas se intuía en algún tramo, pero que con la obra actual sin duda será más fácilmente perceptible a tenor de los taludes y terraplenes que se van creando (sobre un sustrato de marcada pendiente, arenoso y asolanado, que dificultará su colonización vegetal) y de las voladuras que serán necesarias en algún tramo. Si la propia pendiente del terreno y la pluviosidad de la zona favorece algún desprendimiento fortuito, con la ayuda ocasional del efecto de cuña que desempeñan las raíces de robles y almeces, desde luego la seguridad de la nueva carretera se verá además potencialmente más comprometida con los desmontes y voladuras de la obra.


En definitiva, una nueva muestra del talante constructivo de la Diputación Provincial de Cáceres, que compromete las voluntades y palabras expresadas por su propio presidente, Juan Andrés Tovar, y el diputado del Área de Fomento, Miguel Angel Morales, en algunas reuniones sostenidas como consecuencia de la denuncia de obras en otros tramos conflictivos -Puerto de Santa Clara, en San Martín de Trevejo-. Los técnicos se escudan en normativas y echan la culpa a los políticos, los políticos echan la culpa a los alcaldes, también políticos, y los ciudadanos asistimos perplejos a un sobredimensionamiento de la obra pública por encima de las necesidades reales de la zona y a costa de sus recursos naturales. Lo cual no impedirá que las autoridades antes mencionadas asistan próximamente a FITUR, e incluso puede que Diputación de Cáceres presente algún nuevo tipo de guía, folleto o cartelería sobre la riqueza natural y el potencial turístico de Sierra de Gata.

José Antonio Mateos Martín

miércoles, 23 de enero de 2008

PAISAJE Y RESPONSABILIDAD EN LAS SIERRAS DEL NORTE DE EXTREMADURA

Con todos los matices intermedios, en general todas las sierras del norte cacereño participan de elementos de marcada identidad paisajística en el contexto extremeño, constituyendo una referencia que trasciende nuestro propio ámbito regional.

Más allá de las consideraciones estéticas, el paisaje hoy es percibido como un bien común con un elevado sentido integrador en la definición y sentimiento de los territorios, aunando la valoración que suma la caracterización biofísico/ambiental y la reivindicación como seña de identidad y referencia. Es un bien de dominio público valorado como recurso social, económico y cultural, y su correcta gestión es indispensable para asegurar un desarrollo sostenible que posibilite la permanencia de la población al territorio.

Su importancia queda recogida de modo explícito en la Convención Europea de Paisaje (Florencia 2000), instrumento legislativo para la protección, la gestión y la ordenación de los paisajes europeos, en vigor desde marzo de 2004 y también suscrita por España.

Esto es especialmente asumido en las políticas de ordenación y desarrollo territorial desde las escalas comarcales y locales (ámbito de los programas LEADER y Proder), donde los modelos y lecturas del paisaje se dotan de un sentido patrimonial como recurso integrador de lo natural y lo cultural, traduciendo asimismo el compromiso de cada comarca con su territorio y responsabilizándose del valor que le atribuye para su identidad. La importancia de estas políticas constituye el soporte básico de las actuales trazas administrativas del Desarrollo Rural. A ello se suman valoraciones sectoriales como el turismo, con notables bases asentadas precisamente sobre el ensalzamiento y valoración de los paisajes, ampliamente difundidos en pósters y folletos.
La identidad paisajística que caracteriza el norte cacereño es resultado de un dilatado proceso de integración entre la acción del hombre y el medio serrano, con sus bondades y sus limitaciones. Un paisaje donde, sin grandes monumentalidades, a los elementos naturales se suma la memoria cultural de la acción humana y sus testimonios: desde el petroglifo a la vereda empedrada, de los elaborados bancales a las sabias acequias y el primor de los huertos. Un paisaje que por naturaleza es dinámico y cambiante en la medida en que muda el territorio que lo sustenta, sobre el cual convergen procesos de cambio y valoración por el decaimiento de los usos tradicionales que lo sostenían y las nuevas funcionalidades que se superponen sobre esa trama física y humana.

Aparte de la propia dinámica que emana del territorio y sus habitantes, buena parte de esas nuevas funcionalidades y los procesos de cambio importantes casi siempre provienen de la acción de las administraciones públicas, sobre todo regionales. El caso más representativo de esta situación son los proyectos de parques eólicos, y en este caso tampoco son ajenas las autoridades locales, especialmente algunos alcaldes.

En el caso extremeño, hasta ahora libre de ellos, el proceso actualmente en marcha se caracteriza por la absoluta falta de transparencia y marcada cicatería evidenciada, especialmente, por parte de los pertinentes responsables de la administración autonómica, aunque a la confusión han contribuido algunas autoridades locales, esgrimiendo intereses variopintos y repentinamente comprometidos con la problemática ambiental planetaria. Desde luego, las prisas sobrevenidas en la tramitación administrativa de los proyectos eólicos inducen a la sospecha sobre la dudosa validez como procedimiento administrativo y en cualquier caso adolecen de los más mínimos requerimientos de adecuada difusión y valoración por parte de la sociedad, que es de lo que deben tratar las fases de información pública, teniendo en cuenta la previsible incidencia e capacidad de transformación asociada al volumen de proyectos presentados en toda Extremadura.

No cabe duda de que las energías renovables, en concreto la energía eólica, constituyen una alternativa válida y viable a las otras formas de producción de energía más contaminantes y peligrosas. Esto no debe eximir, a todos los efectos, la consideración puramente industrial de los artefactos eólicos. En consecuencia, y por sus propias características y requerimientos, la instalación de centrales eólicas modificará de forma notable el paisaje, dando origen a una considerable transformación de sus rasgos físicos, alteraciones en los ecosistemas y a una contaminación visual, entre otras afecciones. Ese mismo paisaje tan proclamado en pósters y libros de gran formato.

Es necesario que lo que desde el territorio se apuesta como seña de identidad, bien de interés común, patrimonio colectivo y recurso, sea considerado desde los distintos niveles de competencia administrativa y las políticas sectoriales que emanan de las mismas, a veces incluso contradictorias. Y ello es especialmente relevante en lo relacionado con los proyectos de obra pública (red viaria, abastecimiento, saneamiento, etc), ocasionalmente muy “duros” frente a la imagen “verde” que suelen trasladar los folletos y la cartelería de los departamentos de turismo de esas mismas administraciones.

Tanto desde la responsabilidad individual como ciudadanos y, especialmente, desde la responsabilidad colectiva representada por las autoridades locales y comarcales, debemos exigir la necesidad de que los distintos proyectos de intervención pública respondan a las verdaderas necesidades de las zonas y sean cuidadosos en el respeto a la idiosincrasia de estos lugares, con unos criterios sustentados en la integración y la atención al detalle que responda a su especificidad y sus valores diferenciadores.

Carreteras de Diputación en Sierra de Gata: una huella imborrable


martes, 22 de enero de 2008

Carretera Cilleros-Hoyos (Sierra de Gata, Cáceres, Extremadura)








Obras en Santa Olalla (Cilleros-Hoyos), Sierra de Gata




Panorámica de Santa Olalla (Sierra de Gata), primavera 2007



Carreteras de Diputación en Sierra de Gata: nuevas entregas del culebrón "Una huella imborrable"

Desde luego es imborrable el efecto de la mayoría de los acondicionamientos llevados a cabo por la Diputación de Cáceres en Sierra de Gata. Toda una serie de obras dignas de la mejor antología del impacto, ocasionalmente aderezada con planteamientos realmente ajustados a las condiciones ambientales y socioeconómicas del entorno.

En este caso se acomete el tramo más complicado del antiguo camino vecinal entre Cilleros y Hoyos. En definitiva una de las carretras que atraviesa un espacio singular -la solana de la sierra de Santa Olalla- y que a la vista de las formas y maneras con que se han realizado los tramos anteriores, suponen una gran amenaza para uno de los parajes más característicos de sierra de Gata, literalmente su mirador más meridional y zona de tránsito donde los encinares y alcornocales del llano ceden el dominio a los robledales serranos.

Nuestro temor no sólo se basa en argumentos de tipo naturalista o ambiental, sino que atañen a la propia seguridad vial, sin querer entrar en otras consideraciones como necesidad de comunicación o intensidad de tráfico, de difícil justificación salvo como pretexto para realizar obra pública por encima de las verdaderas necesidades, es decir: apelando a determinados aspectos de normativas técnicas se imponen proyectos con criterios de difícil encaje con el entorno de las zonas de montaña en que se insertan porque consideran unos ingentes movimientos de tierra.

Los políticos le echan la culpa a los técnicos; los técnicos a los políticos, y entretanto ...
A raíz de la entrevista derivada de las últimas protestas sobre el Puerto de Santa Clara, con el apoyo de ADENEX, SEO y muchos correos de protesta, las ultimas palabras del Diputado de Fomento y responsable del área, Miguel Angel Morales, fueron realmente autocríticas y conciliadoras respecto al tratamiento e integración de los proyectos pendientes. Pero eso fue antes de las últimas elecciones.

¿Se caen las palabras como las hojas de los robles -pese a su marcescencia-?